El cambista y su mujer, M. van Reymerswaele (1539) |
Martín de Azpilcueta (1492-1586) es considerado uno de los personajes más importantes de la Escuela de Salamanca o Escolástica Tardía.
Con 32 años inició su etapa en la Universidad de Salamanca ocupando la
cátedra de Prima en Cánones. En 1537, se trasladó a la Universidad de
Coimbra para ocupar la misma cátedra que impartía en Salamanca. En 1556
regresó a España, pero diez años después viajó a Roma para defender al
arzobispo de Toledo (Bartolomé de Carranza)
de la Inquisición. Allí residirá hasta su fallecimiento en 1586. Para
muchos especialistas, Martín de Azpilcueta es considerado el padre de la
teoría cuantitativa del dinero (el valor de la moneda varía inversamente con su oferta): “En
las tierras do ay gran falta de dinero, todas las otras cosas
vendibles, y aun las manos y trabajos de los hombres se dan por menos
dinero que do ay abundancia del; como por la experiencia se ve que en
Francia, do ay menos dinero que en España, valen mucho menos el pan,
vino, paños, manos, y trabajos; y aun en España, el tiempo, que avia
menos dinero, por mucho menos se davan las cosas vendibles, las manos y
los trabajos de los hombres, que despues que las Indias descubiertas la
cubrieron de oro y plata. La causa de lo qual es, que el dinero vale mas
donde y quando ay falta del, que donde y quando ay abundancia”. Este fragmento, perteneciente al trabajo Comentario Resolutorio de Usuras, prueba que Martín de Azpilcueta se anticipó a las reflexiones que Jean Bodin
escribió en 1568 sobre las variaciones de precios que se estaban
produciendo en Europa. No obstante, sería el economista estadounidense Irving Fisher
(1867-1947) en el siglo XX quien presentó el desarrollo más completo
mediante la fórmula matemática M*V=P*T; donde M es la oferta monetaria, V
es la velocidad de circulación del dinero, P es el nivel general de
precios, y T las transacciones que tienen lugar en un año. Los
economistas asumen que V es constante y que la cantidad de transacciones
(T) depende de la tecnología de los productores y la demanda de los
consumidores (siendo estos dos elementos los que fijan el precio). La
conclusión es clara: si V (velocidad) y T (transacciones) se mantienen
constantes, un aumento en la oferta monetaria provocará un incremento en el nivel de precios en la misma cuantía. De forma crítica, Keynes
sugirió que la velocidad del dinero no es constante: tiende a crecer en
los periodos de inflación elevada y a disminuir en las recesiones. Por
el contrario, Friedman apoyó la teoría cuantitativa argumentando que la demanda de dinero real de las personas depende de su riqueza.